Todos los jugadores inicialmente convocados respondieron positivamente y con entusiasmo. Algunos hasta cerraron el trato con un apretón de manos. Pero faltando horas para el inicio del primer juego apenas se contaba con ocho jugadores. Se postulaba la alineación hasta ese momento con Froilán Morro Rubio en la portería, Juan Moralito, Abner Assis, Orlando José Parrez y Ramonjo Malpaso en la defensa más Norberto Calleja, Konan García y Rolando Greco en la media.

Entonces Ramonjo fue a buscar a su vecino Domingo Jiménez como último recurso. Lencho, el padre de Domingo, sabía que algún día le rogarían a Domingo que jugara con ellos y ese día fue un sábado del año 2001. Lencho acudió como único espectador del partido donde el equipo enfrentó al Deportivo Mercado Avante. La Casa de Empeño Football Club cayó por cinco goles a cero, aunque también cayó por senda inferioridad numérica de once contra nueve. Domingo jugó como único atacante y no marcó, pero tampoco fue culpable de ninguno de los goles en contra. Su posición como delantero suponía, más allá de buscar la gloria en la portería ajena, alejar la desgracia de la propia.

Al final del partido persistieron los buenos ánimos y las ganas de continuar con el torneo aunque habría que ajustar el nombre del equipo. Fue Norberto en complicidad con Konan quien se había encargado de juntar jugadores, pero fue el contador de la Casa de Empeño, quien mandó registrar al equipo de esa manera y con tan malos augurios.

El otro pendiente, más bien definitivo, el horroroso uniforme amarillo con manchas verdes aleatorias imitación de una versión antigua del Norwich City inglés, conseguidos en extrema barata por el mismo contador. Extraño es el destino, esos colores los compartían con el entonces tetracampeón del mundo, y también de la selección australiana de futbol. Así se eligió por fin Tasmania Football Club, como nombre de la escuadra.

por Benjamín de Buen @bdebuen